Muchas veces nos hemos preguntado el por qué los grillos, a la llegada del buen tiempo cantan unas veces acompasadamente y otras de forma desaforada. ¿A qué es debido este fenómeno?
Sencillamente el metabolismo de los grillos (causa principal del característico cric-cric) y sonido generado al rozar las puntas de las alas entre sí, es sensible a los cambios de temperatura, ya que estos insectos no son capaces de autorregular su temperatura corporal, a diferencia de los mamíferos.
El físico químico suizo Svante August Arrhenius llegó en 1889 a la expresión matemática que relaciona exponencialmente la velocidad de una reacción química con la temperatura a la cual se desarrolla, es decir, cuanto mayor es la temperatura, mayor es la velocidad de reacción, y viceversa, cuanto menor es la temperatura, menor es la velocidad de reacción. Se ha podido así encontrar la expresión matemática que relaciona la temperatura con la frecuencia del chirrido de los grillos y que da fe de la precisión de los mismos como indicadores de los cambios de temperatura del aire circundante, esto es, como termómetros. Para la escala centígrada dicha expresión matemática adopta la siguiente forma: Temperatura del aire (ºC) = (nº de chirridos por minuto/5 + 9).
El metabolismo de los grillos puede ser considerado como una cadena de reacciones químicas, y por tanto manifiesta sensibilidad a los cambios de temperatura. Si la temperatura del entorno es elevada, como es propio del tiempo veraniego, los chirridos de los grillos aumentan su frecuencia. A partir de los 15ºC los grillos empiezan a emitir su clásico "cantar"; cuanto más sube la temperatura más cantan los grillos, pero cuando se llega a los 36ºC disminuye el ritmo de canto; los grillos tampoco resisten el calor como nosotros. A los 40ºC ya no se les escucha.
Los grillos amplifican y proyectan su canto haciendo una cueva de medio metro de profundidad que termina en una cámara de resonancia esférica similar al efecto que produce un anfiteatro y con la forma total de...¡UN TERMÓMETRO!
COMENTARIO:
He elegido esta noticia porque me ha parecido muy curioso el comportamiento de los grillos y sobretodo el hecho de que alguien, a través de la observación y posterior investigación haya obtenido una fórmula matemática que establezca la relación entre la frecuencia y la temperatura.Además, como hecho anecdótico, si estás en el campo y quieres saber la temperatura que hace, únicamente con un reloj y un grillo nos basta: contamos las veces que canta el grillo en un minuto aplicamos la fórmula matemática antes expresada y el resultado será la temperatura ambiente expresada en grados centígrados.
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