La
noticia que he elegido trata sobre la influencia que un aspecto tan básico como
la manera en la que dormimos tiene en nuestra actividad vital.
Se
trata de un experimento en el que han participado doce “almohadonautas”
(voluntarios) consistente en estudiar “cómo afecta a nuestro organismo el estar
tumbado durante largos periodos de tiempo” y cómo nos afecta el mismo hecho si
la cama está inclinada unos pocos grados (seis en concreto).
Los
voluntarios, tras pasar los días tumbados en una cama a dicha inclinación y con
la cabeza en la parte baja del colchón, perdieron una gran cantidad de masa
muscular (incluso 4kg en algunos casos). Pero lo sorprendente es que lo
hicieron aun realizando ejercicios físicos con una máquina vibratoria, y
sometidos a controles de alimentación.
Por
ello, las conclusiones a las que se ha llegado gracias a este experimento, que
en un principio iba dirigido a la vida en el espacio, son muy interesantes: “unos
pocos grados de inclinación en la cama alteran nuestro organismo” de tal manera
que envejecemos antes.
OPINIÓN PERSONAL
Considero
que esta noticia es muy curiosa por el tema que trata, ya que en la sociedad de
hoy en día el envejecimiento preocupa a muchas personas, y haberlo relacionado de
manera directa con la postura al dormir resulta interesante.
Además,
este estudio ha permitido desvelar un hecho tan real como que nuestro organismo
actúa por sí solo; es decir, cada especie tiene unos parámetros biológicos
establecidos (en este caso la postura a la hora de dormir) que influyen de
manera directa en su metabolismo, de manera que al someterlos a una variación
por mínima que sea, dicho organismo también varía.
Por
tanto, desde mi opinión, este artículo resulta muy interesante porque desvela
el verdadero comportamiento de nuestro organismo en una situación tan común
como el momento de dormir.
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